Sudán, un país africano devastado por la guerra, enfrenta una desgarradora crisis humanitaria. En un lapso de cuatro meses, lamentablemente, al menos 1,200 niños han perdido la vida debido a la desnutrición, según informó James Elder, portavoz de la agencia de la ONU para la Infancia, UNICEF. Se proyecta que entre los meses de octubre y diciembre de este año nazcan aproximadamente 333,000 niños en esta nación, sumando una preocupante cifra a esta tragedia.
La ONU advierte que decenas de miles de niños estarán «al borde de la muerte» en los próximos meses si no se toman medidas inmediatas y efectivas. Un escalofriante promedio de más de 50,000 niños en Sudán necesitan urgentemente atención por desnutrición cada mes.
El conflicto en Sudán ha sido exacerbado por enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), estas últimas de carácter paramilitar y dirigidas por el general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti. La lucha por el control del país ha dejado a la población en una situación de extrema vulnerabilidad, agravada por la indiferencia hacia los civiles y continuos ataques a los servicios esenciales de salud y nutrición.
El encargado de Salud Pública de Acnur, Allen Maina, resalta esta situación y señala que la persistente inseguridad está cobrando un precio inaceptable en vidas humanas, especialmente entre los más indefensos. La UNICEF teme que, si esta indiferencia persiste y no se garantiza la seguridad y acceso a servicios vitales, miles de recién nacidos podrían fallecer antes de que finalice este año.