México ha optado por no imponer aranceles recíprocos como respuesta a la reciente medida adoptada por Estados Unidos, que impuso un 25% de arancel a todas las importaciones de acero y aluminio, incluidas las provenientes de su vecino del norte. La estrategia del Gobierno mexicano se centra en la negociación, buscando evitar que estas represalias afecten otros sectores estratégicos, como el automotriz.
La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ha subrayado que el diálogo con Washington es fundamental para no poner en riesgo las exportaciones y para lograr un nuevo acuerdo que beneficie a ambas partes. A pesar del marco del TMEC, las mesas de trabajo binacionales y las investigaciones antidumping contra el acero chino, el muro arancelario iniciado por la administración de Donald Trump continúa tomando forma.
El impacto de estas medidas se refleja en la industria nacional. En Apodaca, Nuevo León, trabajadores en una fábrica metalmecánica, fotografiados el 11 de marzo de 2025, son testimonio del clima de incertidumbre que se vive en el sector. Las autoridades buscan contrarrestar el efecto negativo de los aranceles, promoviendo la negociación para abrir un nuevo capítulo en las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos.
