Una operación militar israelí en el sur de Líbano ha dejado 492 muertos, incluidos 24 niños y 42 mujeres, tras una serie de bombardeos dirigidos a objetivos del grupo Hezbolá. Los ataques, que también resultaron en 1,645 heridos, fueron confirmados por el Ministerio de Sanidad libanés.
El ejército israelí afirmó haber atacado 1,600 objetivos de Hezbolá en el sur del Líbano y el valle de Bekaa. Entre los blancos se encontraban depósitos de armas, misiles, drones y otras infraestructuras militares. El portavoz militar israelí, contralmirante Daniel Hagari, advirtió a los civiles libaneses a evacuar áreas en riesgo, ya que se sospecha que Hezbolá oculta armamento en viviendas.
Hezbolá respondió lanzando 156 misiles contra una base militar israelí en el norte del país. Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó en un mensaje televisado que la guerra de Israel no es contra el pueblo libanés, sino contra Hezbolá, acusando al grupo de usar a civiles como escudos humanos.
El conflicto ha generado la mayor escalada de violencia en Líbano desde 2006. Naciones Unidas y líderes internacionales han sido llamados a intervenir para evitar una mayor destrucción, mientras Irán, aliado de Hezbolá, y el movimiento palestino Hamás condenaron los ataques israelíes.