La Fiscalía General de la República (FGR), en coordinación con la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), intervino el Rancho La Vega, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, donde descubrió un centro de adiestramiento clandestino del crimen organizado. Durante el operativo, llevado a cabo el 29 de enero, se logró el rescate de 38 personas que presuntamente fueron reclutadas de manera forzada.
Hallazgos en el Rancho La Vega
Durante la intervención, las autoridades aseguraron un arsenal compuesto por 18 cargadores, 1,818 cartuchos útiles y cuatro radios de comunicación. De los detenidos, la mayoría fueron considerados víctimas de reclutamiento forzado y, en consecuencia, liberados. Sin embargo, dos personas permanecen bajo investigación por sus presuntos vínculos con actividades criminales.
El operativo estuvo a cargo de la Fiscalía Especializada en Delincuencia Organizada, que mantiene el rancho bajo resguardo mientras continúan las indagatorias. Este martes 25 de marzo, la FGR regresó al lugar con unidades caninas (K9) para buscar posibles fosas clandestinas.
Conexión con el Rancho Izaguirre
El Rancho La Vega se encuentra a 26 kilómetros del Rancho Izaguirre, en La Estanzuela, otro predio que fue intervenido el 18 de septiembre de 2024 tras un enfrentamiento armado. En ese sitio, las autoridades lograron el rescate de dos personas secuestradas y localizaron un cuerpo embalado.
Ambos ranchos habrían sido utilizados como centros de entrenamiento criminal, por lo que la Fiscalía de Jalisco colabora con la FGR para determinar si existía una red de reclutamiento en la zona.
Investigaciones en curso
Las autoridades continúan con la búsqueda de evidencias en Rancho La Vega, ante la sospecha de que también pudo haber sido utilizado para desapariciones forzadas. En este sentido, la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada se sumó a las investigaciones.
Además, el colectivo de búsqueda Guerreros Buscadores anunció que acudirá al lugar este jueves o viernes para colaborar en la localización de personas desaparecidas.
Este caso pone en evidencia el uso de propiedades rurales en Jalisco por parte de grupos delictivos, quienes las han convertido en centros de reclutamiento y entrenamiento clandestino. La FGR no descarta la posibilidad de hallar más sitios con características similares en la región.
