Esta actualización incluye innovaciones tecnológicas y ajustes estratégicos para garantizar el éxito de estas expediciones.
La NASA ha dado un nuevo paso hacia la exploración espacial a largo plazo con una actualización de su “Arquitectura de la Luna a Marte”, una hoja de ruta que guía misiones del programa Artemis y prepara el terreno para futuras misiones tripuladas a Marte.
Una de las principales novedades es el uso de energía de fisión nuclear como fuente de energía principal para las tripulaciones en Marte. Esta tecnología es confiable porque no depende de los ciclos de luz diurna y nocturna ni de las frecuentes tormentas de polvo marcianas.
Además, la NASA contempla un módulo de aterrizaje de carga en la Luna y un hábitat inicial en su superficie para extender el alcance y la duración de las misiones científicas. Estas infraestructuras son clave para establecer una presencia humana sostenible en la Luna y prepararse para el desafío de Marte.
Jim Free, administrador asociado de la NASA, destacó que se están considerando aportes de la industria, la academia, socios internacionales y el equipo interno de la NASA para perfeccionar esta arquitectura.
Sin embargo, la agencia enfrenta retrasos. La misión Artemis III, que busca llevar astronautas a la Luna por primera vez en más de 50 años, se ha pospuesto de 2026 a 2027. Asimismo, la misión Artemis II, que enviará una nave tripulada a orbitar la Luna, se ha reprogramado de 2025 a abril de 2026 debido a desafíos técnicos.
Con estos ajustes, la NASA refuerza su compromiso con una exploración espacial metódica y sostenible, sentando las bases para una nueva era de descubrimientos científicos en el espacio profundo.