Un fallido intento de detener al presidente destituido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, generó tensiones políticas y sociales en el país. La confrontación tuvo lugar en un complejo residencial del centro de Seúl y reunió a cientos de manifestantes y fuerzas de seguridad.
El incidente ocurrió el viernes por la mañana, cuando un centenar de agentes y fiscales intentaron ejecutar una orden judicial para detener a Yoon por cargos de insurrección. Sin embargo, se enfrentaron a una barrera compuesta por 10 autobuses, vehículos blindados y 200 soldados de élite que resguardaban al mandatario suspendido. Luego de cinco horas y media de confrontación, las autoridades se retiraron sin cumplir la orden.
La Oficina de Investigación de la Corrupción de Altos Funcionarios, organismo que lideró la operación, lamentó el fracaso y acusó a Yoon de obstrucción a la justicia. “Debatiremos cuál debe ser nuestro siguiente paso”, indicaron en un comunicado.
Tensión política y social
La destitución de Yoon el pasado 14 de diciembre por parte de la Asamblea Nacional, tras haber declarado abruptamente la ley marcial, ha polarizado a la sociedad surcoreana. Mientras el Tribunal Constitucional delibera sobre su remoción definitiva, miles de sus partidarios y opositores se han movilizado en las calles.
“Estoy muy enfadada”, declaró Lee Ye-seul, una estudiante universitaria de 19 años que protestaba cerca de la residencia presidencial. Por otro lado, simpatizantes de Yoon, en su mayoría personas mayores, celebraron el fracaso de la operación judicial y reafirmaron su apoyo al mandatario. “La guardia presidencial debería usar todos los medios necesarios para protegerlo”, afirmó Lee Young-jin, de 65 años.
Reacciones y críticas
Analistas y expertos han advertido que esta crisis pone en evidencia debilidades democráticas en Corea del Sur. “La estrategia de Yoon de avivar divisiones políticas para evadir la justicia afecta gravemente la imagen del país”, señaló Ahn Byong-jin, profesor de ciencias políticas de la Universidad Kyung Hee.
A pesar de la orden judicial, Yoon se ha negado a comparecer, argumentando que la misma fue emitida de manera ilegal. La situación también pone en entredicho la actuación del Servicio de Seguridad Presidencial, cuyos guardaespaldas podrían enfrentar cargos por obstrucción a la justicia.
Mientras el país enfrenta una serie de desafíos internos y externos, incluyendo huelgas laborales y tensiones internacionales, la nación permanece dividida. Con manifestaciones de ambos lados en las calles de Seúl, la resolución de esta crisis política sigue siendo incierta.
