Megadeth hizo vibrar la Arena Monterrey con su potente trash metal, ofreciendo una actuación enérgica que complació a los aficionados del género durante hora y media.
Desde el inicio, los californianos entregaron una descarga de sus mejores éxitos, comenzando con «The Sick, the Dying and the Dead» de su último álbum homónimo. Continuaron con clásicos como «Skin o’ My Teeth», «Dread and the Fugitive Mind», «Sweating Bullets» y «Angry Again», que fueron coreados fervientemente por el público presente.
La presentación estuvo marcada por un virtuosismo notable en el escenario, con una ejecución impecable de los músicos y la introducción del nuevo guitarrista Teemu Mäntysaari, quien interpretó los solos con maestría, siguiendo fielmente los registros de sus predecesores en los discos.
La banda ofreció una experiencia sin interrupciones, con una producción modesta pero efectiva en términos de iluminación y escenografía. Canciones como «Shewolf», «Hangar 18», «This Was My Life» y «Trust» destacaron la calidad acústica del recinto.
Dave Mustaine, líder de la banda, interactuó brevemente con la audiencia agradeciendo su presencia antes de continuar con el repertorio, que incluyó temas como «A Tout le Monde», «We’ll Be Back», «Devil’s Island», «Symphony of Destruction» y el clásico «Peace Sells, But Who’s Buying».
El concierto culminó con la explosiva «Holy Wars», dejando a los asistentes con la emoción de otra noche memorable de caos y energía en la larga historia de Megadeth en Monterrey. Los fanáticos corearon el tradicional «Olé, olé, olé» en honor a la banda en cada pausa, demostrando su entusiasmo y devoción por el icónico grupo de trash metal.
Con información de El Horizonte
