Ante las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de realizar deportaciones masivas de migrantes a partir de su toma de posesión el 20 de enero de 2025, el Gobierno de México ha comenzado a preparar un plan intersecretarial para atender esta situación.
El canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, anunció que la estrategia se centra en la recepción y atención de mexicanos que puedan ser deportados. La presidenta Claudia Sheinbaum encabezó una reunión en Palacio Nacional con los titulares de diversas secretarías, incluido Ricardo Trevilla (Defensa), Raymundo Morales (Marina), Ariadna Montiel (Bienestar), y Edna Vega (Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano), así como el comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, y su próximo sucesor, Salomón Céspedes.
Sheinbaum enfatizó que es obligación del gobierno garantizar un retorno digno a los mexicanos deportados y aseguró que su administración está lista para recibirlos y apoyarlos. Asimismo, señaló que buscará dialogar con Trump para defender los derechos de los connacionales y proteger la soberanía de México.
En tanto, organizaciones de derechos humanos en Estados Unidos han condenado las intenciones de deportación masiva, alertando sobre sus implicaciones humanitarias y económicas. De acuerdo con la American Immigration Coalition, una medida de este tipo podría reducir el PIB anual estadounidense entre el 4.2 % y el 6.8 %, lo que equivale a pérdidas de hasta 1.7 billones de dólares anuales.
La presidenta subrayó la importancia de la relación bilateral entre ambos países, reiterando la necesidad de respeto mutuo y colaboración más allá de los desafíos en la frontera.