Donald Trump, quien regresa a la Casa Blanca en enero, ha dejado claro que su segunda presidencia estará marcada por un enfoque radicalmente opuesto a la agenda medioambiental de su predecesor.
Durante su primer mandato, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París, rechazando la ciencia del cambio climático y calificando la crisis climática como un «fraude». Ahora, con su retorno al poder, promete una vez más desmantelar las políticas ambientales que favorecen la economía verde.
Su victoria electoral llega en un momento crítico para la comunidad internacional, ya que coincide con la próxima COP29, la cumbre de la ONU sobre cambio climático que se celebrará en Azerbaiyán a partir del 11 de noviembre. La elección de un líder abiertamente negacionista del cambio climático es una de las peores noticias para los delegados que buscaban avanzar en los compromisos globales para reducir emisiones y frenar el calentamiento global.
Un Retorno al «Perforar, Cariño, Perforar»
Durante la campaña, Trump reiteró su apoyo al sector de los combustibles fósiles, prometiendo una expansión agresiva de la perforación petrolera. En un mitin de octubre, dejó claro su enfoque al afirmar: «Vamos a perforar, cariño, perforar», en referencia a impulsar la industria petrolera estadounidense.
Además, planea derogar la Ley de Reducción de la Inflación, que bajo la administración de Joe Biden ha destinado cientos de miles de millones de dólares a proyectos de descarbonización de la economía. Trump también se ha comprometido a reducir el alcance de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), siguiendo las recomendaciones del Proyecto 2025, un plan elaborado por la Heritage Foundation. Este proyecto aboga por una reestructuración de la EPA y la eliminación de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), instituciones clave en la lucha contra el cambio climático.
Resistencia del Movimiento Medioambientalista
A pesar de las intenciones de Trump, el movimiento medioambientalista en Estados Unidos ya está preparando su respuesta. Ben Jealous, director ejecutivo del Sierra Club, declaró que su organización está lista para una «guerra de guerrillas jurídica» similar a la que enfrentaron durante la primera presidencia de Trump, cuando presentaron más de 300 demandas judiciales que bloquearon múltiples intentos de desmantelar protecciones ambientales.
Otros líderes medioambientales también señalaron que, aunque Trump podría sacar nuevamente a EE.UU. del Acuerdo de París, su mandato será temporal. «Un nuevo presidente en 2029 podría revertir esas decisiones, como lo hizo Biden en 2021», mencionaron.
La próxima administración de Trump promete ser un periodo de intensa lucha entre las políticas pro-fósiles y los esfuerzos por mantener a EE.UU. como un líder en la lucha contra la crisis climática.
