El Maratón de Ciudad de México se encuentra en medio de un escándalo sin precedentes que plantea serias preguntas sobre la integridad en el deporte. Según un informe de la web Marathon Investigation, más del 36% de los participantes en este prestigioso evento deportivo recurrieron a trampas para cruzar la línea de meta.
De los 32,645 corredores que completaron la maratón, cerca de 11,000 lo hicieron eludiendo parte del recorrido establecido, logrando aún así obtener el estatus de «finisher» al pasar bajo el arco que señala el final de la competencia. Uno de los casos más notorios fue el de un popular maratoniano, quien alardeó en su cuenta de Facebook de haber registrado un tiempo asombroso de 1 hora y 19 minutos, superando incluso el récord mundial de Eliud Kipchoge.
Esta tendencia alarmante se ha atribuido a la creciente obsesión por el reconocimiento en redes sociales y la necesidad de mostrar logros deportivos en línea. Incluso figuras públicas como Mati Álvarez, bicampeona de Exatlón México, se vieron envueltas en la controversia cuando se descubrió que tampoco completó el recorrido durante su participación en el maratón. Los usuarios de las redes sociales señalaron que la aplicación del evento mostraba claramente que Álvarez no había cumplido con la ruta.
Este escandaloso récord de tramposos en el Maratón de Ciudad de México plantea cuestionamientos profundos sobre la ética y la integridad en el deporte, y subraya la necesidad de tomar medidas para preservar la autenticidad y la equidad en las competencias deportivas de alto nivel.
