A partir de este viernes, los hospitales públicos en Texas comenzarán a preguntar a los pacientes sobre su estatus migratorio como parte de una orden del gobernador Greg Abbott.
Esta medida busca recolectar datos sobre el costo de atención a migrantes indocumentados para poder solicitar reembolsos al Gobierno Federal. No obstante, los pacientes no están legalmente obligados a responder, y la ley federal requiere que los hospitales ofrezcan atención de emergencia sin importar la situación migratoria.
La normativa texana sigue los pasos de una política similar en Florida, donde la información recolectada ha mostrado que menos del 1% de las visitas de emergencia provienen de migrantes indocumentados. Al igual que en Florida, los hospitales en Texas deberán informar a los pacientes que su estatus migratorio no afectará el servicio médico que reciban, aunque Texas no especifica que esta información será confidencial ante las autoridades de inmigración.
La Asociación de Hospitales de Texas ha subrayado que esta orden no altera la obligación de brindar atención médica a todas las personas. Texas presentará el primer informe sobre estos datos en marzo del próximo año, mientras Abbott defiende que los ciudadanos tejanos no deberían asumir los costos de atención médica de los migrantes indocumentados.
