El huracán John, tras degradarse nuevamente a tormenta tropical, ha dejado un rastro de destrucción en Guerrero y amenaza con golpear de nuevo, esta vez en las costas de Michoacán, que ha activado alerta máxima en seis municipios.
Durante su paso por Guerrero, las intensas lluvias provocaron la muerte de al menos ocho personas, además de generar inundaciones, deslaves, cortes de energía eléctrica y suspensión de transporte en varias áreas.
En Acapulco, las afectaciones han sido severas: la mayoría de las colonias en la zona Diamante están completamente anegadas, obligando al rescate de más de 250 personas, muchas de ellas utilizando lanchas debido a que el agua alcanzó alturas de hasta dos metros en algunas zonas. El Aeropuerto Internacional de Acapulco permanece cerrado hasta nuevo aviso.
Los derrumbes han bloqueado importantes vías de comunicación, como la autopista Cuernavaca-Chilpancingo, que estuvo cerrada por varias horas debido a deslizamientos de tierra. La Marina, la Guardia Nacional y las fuerzas armadas han desplegado operativos bajo el Plan DN-III para auxiliar a la población, mientras que la Comisión Federal de Electricidad suspendió el suministro eléctrico en áreas con mayor riesgo de inundación.
A pesar de que John se degradó nuevamente a tormenta tropical, sigue representando una amenaza para otros estados. En Michoacán, se han habilitado 21 refugios en Lázaro Cárdenas, mientras que Colima y Jalisco también han elevado sus niveles de alerta y activado planes de contingencia. Las autoridades locales y federales continúan monitoreando el avance del meteoro, que, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, se encontraba anoche a 90 kilómetros al oeste del puerto de Lázaro Cárdenas, con vientos sostenidos de 120 km/h.
En Guerrero, el impacto de John ha sido devastador, especialmente en áreas como Punta Diamante y la avenida escénica de Acapulco, donde se registraron varios derrumbes. El desbordamiento del río Huacapa, en Chilpancingo, es inminente, ya que se encuentra al 90% de su capacidad. La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, aseguró que se están tomando todas las medidas necesarias para auxiliar a los damnificados y trabajar en la recuperación de las áreas afectadas, con la coordinación de los tres órdenes de gobierno.
Mientras tanto, el huracán Helene, de categoría 4, impactó ayer en Florida, dejando un saldo preliminar de tres muertos y daños catastróficos en diversas áreas. Esta temporada de ciclones está siendo particularmente intensa, con ambos fenómenos causando graves problemas en México y Estados Unidos.
En Oaxaca, los efectos de John también han sido severos. Las fuertes lluvias devastaron casi dos mil hectáreas de cultivos de papaya maradol en la región costera, lo que podría tener un impacto significativo en la economía local, especialmente para los agricultores que dependían de esas cosechas para subsistir. Un ejemplo es Paulo Bernal González, productor de papaya en la comunidad de Collantes, quien perdió alrededor de 200 toneladas de producto, lo que lo deja en una situación crítica con muchas deudas. A esto se suma la presencia de cocodrilos en zonas urbanas de la región costera oaxaqueña, lo que ha generado más preocupación entre la población.
La situación en los estados afectados sigue siendo crítica y las autoridades han pedido a la población extremar precauciones, mientras se esperan más lluvias y posibles afectaciones adicionales en las próximas horas.