Vladimir Putin ha ganado una reelección aplastante en las elecciones presidenciales de Rusia, obteniendo un récord del 88% de los votos según las encuestas a boca de urna. Estas elecciones fueron criticadas como una farsa debido a diversos incidentes de protesta y sabotaje en los centros de votación.
Los opositores al gobierno de Putin arrojaron cócteles Molotov, petardos y vertieron tinta en las urnas como forma de protesta. A pesar de estos actos de oposición, Putin logró asegurar un nuevo mandato presidencial de seis años, superando a Josef Stalin como el líder que más tiempo ha permanecido en el poder en Rusia en más de 200 años.
Se registraron varios incidentes en diferentes regiones de Rusia, incluyendo ataques a centros de votación y urnas. Algunos manifestantes fueron detenidos, y se afirmó que las protestas fueron instigadas desde Ucrania, con promesas de pago a los participantes.
A pesar de las protestas, Putin obtuvo un apoyo abrumador en las elecciones, con un 87,8% de los votos según una encuesta a pie de urna. Esta victoria refleja el amplio apoyo que Putin tiene entre la población rusa, a pesar de las críticas y los llamamientos a la protesta por parte de opositores como Alexei Navalny.
Las protestas organizadas por los seguidores de Navalny, bajo el lema «Mediodía contra Putin», no lograron impactar significativamente en el resultado de las elecciones, y no se han proporcionado recuentos oficiales o independientes sobre la participación en estas protestas.
