El valor de las obras enfocadas en agua, riego y saneamiento en Nuevo León ha aumentado significativamente en el último año, alcanzando los $1,462 millones de pesos en 2023, frente a los $873 millones de pesos registrados en 2022.
Este incremento representa un aumento del 67% y es el más alto visto en más de una década, según datos reportados por empresas constructoras al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
A pesar de este aumento en la infraestructura hídrica, los expertos advierten que estas obras no son suficientes para resolver el problema de abasto de agua a corto plazo. Aunque se espera que estas mejoras tengan beneficios a largo plazo, la escasez de agua sigue siendo un problema en ciertas áreas.
Roberto Macías Quintanilla, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en Nuevo León, señaló la necesidad de seguir invirtiendo en infraestructura hídrica y en la diversificación de fuentes de abastecimiento para evitar una nueva crisis hídrica en el futuro. Destacó la importancia de proyectos como el Monterrey VI o la importación de agua del río Pánuco para garantizar el suministro de agua en la región, especialmente ante el crecimiento demográfico y la llegada de nuevas inversiones.
Por otro lado, Joana Chapa, directora de la Facultad de Economía de la UANL, enfatizó que el crecimiento demográfico y la inversión extranjera directa han aumentado la presión hídrica en Nuevo León, lo que resalta la necesidad de invertir en infraestructura hídrica para garantizar la productividad y la competitividad de la región.
A pesar de estos esfuerzos, los datos históricos muestran que el valor de la producción de obras en el sector del agua ha sido variable en los últimos años, alcanzando su punto más alto en 2011 y su punto más bajo en 2018. Esto subraya la importancia de continuar invirtiendo en infraestructura hídrica para asegurar el abastecimiento de agua en Nuevo León.
