El posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca genera preocupación en el gobierno mexicano, especialmente después de que el exmandatario sugiriera la posibilidad de renegociar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Los estadounidenses deberán elegir el 5 de noviembre entre una administración continuista, liderada por la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, y el retorno de Trump, cuya retórica proteccionista y antiinmigrante ha sido característica de su política.
En su primer mandato, Trump reemplazó el antiguo TLCAN con el T-MEC y recientemente mostró su intención de activar la revisión del tratado en 2026. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, calificó estas declaraciones como propias del ambiente electoral, expresando confianza en que se podrán alcanzar acuerdos con cualquiera de los dos candidatos.
Sin embargo, para Martha Bárcena, exembajadora mexicana durante el mandato de Trump, el regreso del republicano sería desafiante debido a su estilo de negociación «extremo», que busca una clara ventaja para su país. Christopher Landau, exembajador de Trump en México, advierte que una nueva administración republicana podría centrarse en frenar la inversión china en México, especialmente en sectores como el automotriz.
Además del T-MEC, la frontera es otro tema clave. Trump promete retomar su política migratoria, incluida la construcción del muro y deportaciones masivas. Durante la presidencia de Joe Biden, los cruces fronterizos alcanzaron niveles récord, lo que podría intensificar las tensiones si Trump regresa al poder. Las propuestas extremas de algunos republicanos, como bombardear a los cárteles en México, generan mayor preocupación en un contexto ya tenso por el tráfico de fentanilo y armas.
Pese a los retos, algunos analistas creen que la relación entre México y Estados Unidos podría ser pragmática bajo Trump, pero Bárcena duda que el expresidente respete plenamente a la primera mujer presidenta de México, dados sus antecedentes con líderes femeninas.