La belleza serena de Hawaii se ha visto eclipsada por una devastación sin precedentes mientras el saldo de muertos por el feroz incendio forestal que asola la región ha aumentado a 55 víctimas.
Por lo que pueblos enteros han sucumbido a cenizas, y la magnitud de la tragedia ha llevado al presidente Joe Biden a declarar el estado de catástrofe en la región.
os residentes de Maui se vieron obligados a escapar a toda prisa de las llamas que avanzaban inexorablemente. Este devastador incendio forestal, avivado por un verano excepcionalmente seco y fuertes vientos procedentes de un huracán, tomó por sorpresa a la isla el martes pasado. Las llamas se apoderaron de los matorrales resecos que cubrían la región y se propagaron rápidamente, engullendo casas y todo a su paso.
El caos y el horror se intensifican por los testimonios de muchos sobrevivientes en Lahaina, quienes relatan que no escucharon ninguna sirena de advertencia. Fue solo cuando avistaron llamas y escucharon explosiones cercanas que se dieron cuenta del peligro inminente que enfrentaban. La falta de una advertencia temprana ha dejado a muchos preguntándose sobre la efectividad de los sistemas de alerta y evacuación en casos de desastre.
El incendio forestal ya ha marcado un trágico récord, convirtiéndose en el desastre natural más mortífero en Hawaii desde el devastador tsunami de 1960, que cobró la vida de 61 personas en la Gran Isla. La magnitud de la catástrofe ha llevado a muchos a cuestionar el papel del calentamiento global en la exacerbación de los eventos extremos que afectan a la región.