El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Joe Biden, ha promulgado una serie de normas destinadas a elevar los estándares para solicitar asilo en la frontera con México, con el objetivo de reducir los cruces ilegales.
Estas normas requieren una evaluación inicial de los solicitantes de asilo para determinar si representan un riesgo para la seguridad pública o nacional, con el fin de prohibir y deportar rápidamente a aquellos considerados como tal.
La intención detrás de estas nuevas regulaciones es mejorar la eficiencia en el proceso de evaluación de los solicitantes de asilo, llevándose a cabo en una etapa más temprana. Sin embargo, el alcance de estas medidas parece ser limitado.
La administración Biden ha enfrentado desafíos significativos en la frontera debido al aumento récord de migrantes desde que asumió el cargo en 2021. Aunque se han considerado medidas más radicales, como bloquear a los solicitantes de asilo utilizando estatutos federales implementados durante la administración Trump, no se planea implementar esas medidas de inmediato.
La implementación de restricciones de asilo el año pasado ha enfrentado obstáculos debido a la falta de recursos para procesar adecuadamente a los migrantes que llegan.
Se espera que estas nuevas regulaciones agilicen el proceso de deportación para miles de personas que ingresan ilegalmente a Estados Unidos cada año, aunque este número se considera relativamente pequeño en comparación con el total de cruces ilegales.
